COMENTARIO
La absorbente dedicación del Redentor al apostolado aparece a los ojos de algunos de sus parientes como una exageración, una locura. Así se presenta también en otros lugares (cfr 6,3 y par), de modo semejante a como fue vista muchas veces la actuación de los profetas (cfr p. ej. Jr 12,6). Al leer estas palabras del Evangelio, no podemos por menos de sentirnos afectados pensando en aquello a lo que se sometió Jesús por amor nuestro. Muchos santos, a ejemplo de Cristo, pasarán también por locos, pero serán locos de Amor a Jesucristo.