COMENTARIO
Comienza la revelación de Jesús como Siervo sufriente. Es el camino de la cruz que Cristo aceptó para sí (cfr 8,31) y que cada cristiano debe recorrer (8,34). Jesús prepara a sus discípulos para este acontecimiento con sus palabras y con sus gestos: los tres discípulos que más tarde serán testigos de la agonía del Señor en el Huerto de los Olivos (14,33) son confortados antes con una visión anticipada de su gloria (9,2-13).