COMENTARIO
Jesús va manifestando progresivamente quién es Él mediante sus milagros —signos de su divinidad— y mediante sus palabras, en las que se declara Mesías, Hijo de Dios e igual al Padre. Todo esto se desarrolla en un crescendo dramático hasta llegar a la «hora» de Jesús, es decir, su muerte y resurrección, objeto de la segunda parte del evangelio. Teniendo en cuenta su contenido, esta primera parte del Evangelio de Juan ha sido llamada con razón «el libro de los signos».