COMENTARIO

 Mt 16,21-28 

Jesús reprende con energía a Pedro cuando éste quiere disuadirle de afrontar la muerte incluida en la misión de Jesús como Mesías (cfr nota a Mc 8,31-9,1). A continuación, el Señor, con unas sentencias paradójicas, expone la dimensión verdadera que tiene la entrega a Él de sus discípulos: «El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual. El progreso espiritual implica la ascesis y la mortificación que conducen gradualmente a vivir en la paz y el gozo de las bienaventuranzas» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2015).

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