COMENTARIO

 Mt 26,30-35 

En la celebración de la Pascua se recitaban los Salmos 113-118. A esto se alude con las palabras: «Después de recitar el himno» (v. 30). Luego, antes de la gran prueba, Jesús previene a sus discípulos, y en especial a Pedro: se escandalizarán (v. 31). Ellos han confesado que Jesús es el Mesías (16,13-20), pero no han sabido entender que su mesianismo es el del Siervo sufriente (16,21-23). Ahora los hechos les van a forzar a hacerlo. Aun así, se resisten a aceptarlo. Pedro, generoso, asegura que nunca negará a Jesús (vv. 33-35); pero débil, lo hará: «De ahí aprendemos una gran verdad, y es que no basta la voluntad del hombre, si no nos asiste la ayuda de lo alto» (S. Juan Crisóstomo, In Matthaeum 82,4).

Volver a Mt 26,30-35