COMENTARIO
Lucas presenta la «preparación del ministerio de Jesús» en torno a dos motivos: la figura del Bautista (3,1-20), y el Bautismo y las tentaciones de Jesús (3,21-22; 4,1-13). A esto añade la genealogía (3,23-38). Es característica de la narración del tercer evangelio señalar las fases y lugares de la salvación; por eso, adelanta la prisión del Bautista respecto de los otros sinópticos (3,19-20; cfr Mt 14,3-4; Mc 6,17-18), significando de una manera gráfica que la etapa del Bautista precede a la de Jesús. Del mismo modo, coloca en Jerusalén la última de las tentaciones (4,9), porque Jerusalén ocupa el lugar central en la obra de San Lucas: allí se manifestó el Señor como luz de las gentes (2,22-35), allí consumará su éxodo (9,31), y allí se iniciará la misión universal (24,47).