COMENTARIO

 Lc 13,1-5 

Jesús se servía de los sucesos del momento para enseñar. Ahora explica que aquellas dos desgracias (vv. 1.4) no hay que atribuirlas a los pecados de quienes murieron —como se pensaba comúnmente en aquel entonces—, sino que son una llamada a la conversión. Todo es signo del Señor y, por tanto, ocasión para volver a Dios: «Recorramos todas las etapas de la historia y veremos cómo en cualquier época el Señor ha concedido oportunidad de arrepentirse a todos los que han querido convertirse a Él» (S. Clemente Romano, Ad Corinthios 7,5).

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