COMENTARIO
La figura del banquete adquiere ahora una significación peculiar, pues le sirve a Jesús para describir el Reino de Dios. Con esta parábola explica la formación de la Iglesia como convocatoria universal a la salvación. Dios había elegido a Israel para que fuera mediador de la salvación (cfr Is 46,1ss.); pero cuando estaba ya todo preparado (v. 17) y envió a su Hijo, los primeros invitados —el Israel más digno— lo rechazaron. Por eso Dios ahora fundará su Iglesia con los despreciados de Israel (v. 21) y con los paganos (v. 23).
La parábola ofrece muchas claves para el apostolado y la misión de los cristianos. La invitación de Dios exige muchas veces sacrificar intereses humanos, y habrá personas que no sean capaces de captar la grandeza de lo que Dios ofrece (vv. 16-20), pero no por eso los siervos del Señor deben dejar de empeñarse en buscar nuevos invitados porque todavía queda sitio (vv. 21-22). El evangelio reproduce una frase que puede parecer violenta: «Obliga a entrar» (v. 23). No se trata, obviamente, de violentar la libertad de nadie, sino de ayudar a decidirse por el bien, rompiendo con respetos humanos, con la ocasión de pecado, con la ignorancia: «El padre de familia, después de enterarse de que algunos de los que debían acudir a la fiesta se han excusado con razonadas sinrazones, ordena al criado: Sal a los caminos y cercados e impele —compelle intrare— a los que halles a que vengan. ¿No es esto coacción? ¿No es usar violencia contra la legítima libertad de cada conciencia? Si meditamos el Evangelio y ponderamos las enseñanzas de Jesús, no confundiremos esas órdenes con la coacción. (…) Ese compelle intrare no entraña violencia física ni moral: refleja el ímpetu del ejemplo cristiano, que muestra en su proceder la fuerza de Dios: mirad cómo atrae el Padre: deleita enseñando, no imponiendo la necesidad. Así atrae hacia Él (S. Agustín In Ioannis Evangelium 26,7)» (S. Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, n. 37). Se «obliga a entrar» con la oración, con el sacrificio, con el testimonio de una vida cristiana, con la amistad.