COMENTARIO

 Lc 18,15-17 

El episodio informa de dos cosas: del aprecio de Jesús por los niños (v. 16) y de la necesidad de imitar las disposiciones de éstos para entrar en el Reino de Dios (v. 17): «¿Por qué dice, pues, que los niños son aptos para el Reino de los Cielos? Quizá porque de ordinario no tienen malicia, ni saben engañar, ni se atreven a vengarse; desconocen la lujuria, no apetecen las riquezas y desconocen la ambición. Pero la virtud de todo esto no consiste en el desconocimiento del mal, sino en su repulsa; no consiste en la imposibilidad de pecar sino en no consentir el pecado. Por tanto, el Señor no se refiere a la niñez como tal, sino a la inocencia que tienen los niños en su sencillez» (S. Ambrosio, Expositio Evangelii secundum Lucam, ad loc.).

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