COMENTARIO
Esta sección se desarrolla durante la fiesta de la Dedicación del Templo, que conmemoraba la purificación que de él hizo Judas Macabeo tras la profanación de Antíoco IV Epífanes (cfr 1 M 1,54; 4,36-59; 2 M 1,1-2,18). Jesús se revela como el Hijo de Dios, igual al Padre. Ante esta revelación surgen las reacciones de los oyentes: en algunos, la fe, pero en otros, sobre todo en las autoridades judías, el rechazo y el odio hasta el punto de querer prenderle (v. 39). Esto, sin embargo, sólo sucederá cuando el Señor lo permita.