COMENTARIO

 Jn 10,22-42 

Esta sección se desarrolla durante la fiesta de la Dedicación del Templo, que conmemoraba la purificación que de él hizo Judas Macabeo tras la profanación de Antíoco IV Epífanes (cfr 1 M 1,54; 4,36-59; 2 M 1,1-2,18). Jesús se revela como el Hijo de Dios, igual al Padre. Ante esta revelación surgen las reacciones de los oyentes: en algunos, la fe, pero en otros, sobre todo en las autoridades judías, el rechazo y el odio hasta el punto de querer prenderle (v. 39). Esto, sin embargo, sólo sucederá cuando el Señor lo permita.

Volver a Jn 10,22-42