COMENTARIO

 Jn 19,38-42 

El quinto escenario de la pasión es el sepulcro sin estrenar. El sacrificio del Señor comienza a producir sus frutos. Así, los que antes tuvieron miedo ahora se confiesan valientemente discípulos de Jesús, y cuidan de su Cuerpo muerto con extremada delicadeza y generosidad. Los Santos Padres han comentado con frecuencia el detalle del huerto en sentido místico. Suelen enseñar que Cristo, apresado en un huerto —el de los Olivos— y sepultado en un huerto —el del sepulcro—, nos ha redimido sobreabundantemente de aquel primer pecado cometido también en un huerto —el paraíso—. Del sepulcro nuevo comentan que, siendo el cuerpo de Jesús el único que fue depositado allí, no habría duda de que era Él quien había resucitado y no otro. Observa también San Agustín: «Así como en el seno de María Virgen ninguno fue concebido antes ni después de Él, así en este sepulcro nadie fue sepultado ni antes ni después de Él» (In Ioannis Evangelium 120,5).

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