COMENTARIO

 Lc 20,9-19 

La parábola, en las circunstancias en que fue pronunciada, tenía mucha fuerza (cfr notas a Mt 21,28-46 y Mc 12,1-12). Jesús se identifica claramente con el Hijo amado (v. 13, cfr 3,22) que es sacado fuera de la viña (v. 15), Jerusalén, para su muerte. Y Jesús es también la piedra angular de la nueva casa de Dios (v. 17; cfr Sal 118,22), la piedra vista por el profeta Daniel (Dn 2,34-35) que, desprendida del monte sin intervención de mano alguna, es capaz de remover los imperios humanos (v. 18). Así se cumple en Jesús lo anunciado por Simeón (cfr 2,34): es tropiezo y condena de quienes le rechazaron.

Volver a Lc 20,9-19